jueves, 10 de septiembre de 2009

ESCARABAJO:

Los coleópteros o escarabajos (Coleoptera) son un orden de insectos con unas 350.000 especies descritas. Contiene más especies que cualquier otro orden en todo el reino animal, seguido por los lepidópteros (mariposas y polillas), himenópteros: (abejas, avispas y hormigas) y dípteros (moscas, mosquitos). Tiene tantas especies como las plantas vasculares o los hongos y 90 veces más especies que los mamíferos.[1]
Los coleópteros presentan una enorme diversidad morfológica. Los escarabajos ocupan virtualmente cualquier hábitat, incluidos los de agua dulce, aunque su presencia en ambientes marinos es mínima. La mayoría de los coleópteros son fitófagos, y muchas especies pueden constituir plagas de los cultivos, siendo las larvas las que causan la mayor parte de los daños agrícolas y forestales.
Las alas delanteras de los escarabajos están transformadas en duros escudos, llamados élitros. Éstos forman una armadura que protege la parte posterior del tórax, incluido el segundo par de alas, y el abdomen. Las alas anteriores no son usadas en el vuelo, pero deben (en la mayoría de las especies) ser levantadas para poder usar las alas traseras. Cuando se posan, las alas traseras se guardan debajo de los élitros. La mayoría de los escarabajos pueden volar, pero pocos alcanzan la destreza de otros grupos, como por ejemplo las moscas, y muchas especies vuelan sólo si es imprescindible. Algunos escarabajos tienen los élitros soldados y las alas posteriores atrofiadas, lo que les inhabilita para volar.

CARACTERISTICAS GENERALES DE UN ADULTO:

Los coleópteros son insectos holometábolos o endopterigotos, ya que sufren una metamorfosis completa con estados de larva, pupa e imago (adulto) netamente diferenciados. La larva normalmente sufre muchas mudas. Por el contrario, en los órdenes de insectos hemimetábolos o exopterigotos (por ejemplo los Dermaptera) las larvas o ninfas experimentan una metamorfosis incompleta o parcial por lo que se parecen a los adultos, con esbozos alares y genitalia que crecen con cada muda. Las larvas de los coleópteros no presentan nunca rastro de alas o genitalia, ojos compuestos, ni más de un simple segmento tarsal, y raramente más de 4 artejos antenales.

CABEZA:

Cabeza vista dorsal
Cabeza vista ventral
Generalmente de tipo prognato; consta de diversos escleritos que están delimitados por suturas y que forman un conjunto sólido denominado cápsula cefálica, en la que se pueden diferenciar las siguientes regiones: vértex, frente, genas (genae, mejillas), clípeo (epistoma) y labro.
Poseen un par de ojos compuestos que sólo faltan en algunas especies endogeas y carvernícolas. En general faltan los ocelos, excepto en algunos Staphylinidae y Dermestidae.
Antenas insertadas a los lados de la cabeza, muy variables en forma y longitud, pero casi siempre presentan 11 artejos.
Piezas bucales masticadoras, raramente modificados para absorber líquidos.
Mandíbulas robustas, en forma de tenaza, con frecuencia provistas de dentículos en el margen interno (retináculo). En algunos Lucanidae alcanzan un tamaño desmesurado, mientras que en Scarabaeoidea coprófagos se reducen a delgadas láminas membranosas.
Maxilas formadas por 4 artejos, cardo, estipes, galea y lacinia y están provistas de palpos maxilares de 3 a 5 artejos.
Labio (Labium). Pieza impar, resultado de la fusión de un par de apéndices, que cubre ventralmente las maxilas. Está subdividido en mentón (mentum) y submentón (submentum). En la zona anterior existe un lóbulo, la lígula y a ambos lados las paraglosas. El labio posee además un par de pequeños palpos labiales, de 1 a 3 artejos.

TORAX:

Élitros y alas membranosas
Está compuesto por tres segmentos, protórax, mesotórax y metatórax, y posee las alas y las patas:
Protórax. Muy desarrollado y casi siempre libre, a diferencia de la mayoría de órdenes de insectos, en que está reducido y estrechamente asociado al mesotórax. El esclerito dorsal forma el pronoto o escudo (scutum), el esclerito ventral el prosterno y los escleritos laterales las propleuras con dos pequeños escleritos adicionales a cada lado, los episternos y los epímeros protorácicos.
Mesotórax y Metatórax están fusionados y su parte dorsal (mesonoto y metanoto) está oculta bajo los élitros, a excepción del escutelo, que pertenece al mesotórax, y que es casi siempre visible; mesosterno y metasterno son visibles en la parte ventral, así como las mesopleuras y metapleuras en los lados, con sus correspondientes episternos y epímeros. El metasterno está bien desarrollado y presenta un endosternito simple.
Élitros. Las alas mesotorácicas o alas anteriores están modificadas en élitros, más o menos endurecidos, rígidos, no plegables, desprovistos de venación, que cubren parcial o totalmente las alas posteriores y el abdomen y que casi siempre se reúnen en la línea media formando una sutura recta. En otros órdenes de insectos que también tienen las alas anteriores esclerotizadas (Blattodea, Hemiptera), normalmente se solapan una a otra cuando están en reposos. Los Dermaptera tienen élitros similares a los de los coleópteros, pero el plegamiento de las alas membranosas, la metamorfosis y otras características son completamente diferentes.
Alas. Las alas metatorácicas o las posteriores, cuando están desarrolladas, son membranosas, plegadas longitudinalmente y casi siempre transversalmente y son las únicas responsables de la propulsión durante el vuelo. Los demás órdenes de endopterigotas (excepto en Strepsiptera) usan ambas alas (anteriores y posteriores) o sólo las anteriores para volar. El mecanismo de plegado de las alas bajo los élitros es exclusivo del orden y tiene gran importancia taxonómica.
Patas. Se insertan, en posición totalmente ventral, en las cavidades coxales en las cuales las coxas están profundamente encajadas; en la mayoría de los demás órdenes de insectos las coxas tienden a estar completamente expuestas y situadas más lateralmente. Constan de 6 artejos: coxa, trocánter, fémur, tibia, tarso (subdividido en varios segmentos o tarsómeros) y pretarso. Los 5 tarsómeros que presentan los tarsos primitivos (pentámeros), pueden reducirse a 4 (criptopentámeros, tetrámeros) o a 3 (trímeros).

ABDOMEN:

Véase también: Abdomen (artrópodos)
El abdomen consta usualmente de 10 segmentos en el macho y de 9 en la hembra. Los tergitos están poco esclerotizados y cubiertos por los élitros (menos en Staphylinidae y otros grupos), excepto el último, que recibe el nombre de pigidio. En casi todos los coleópteros los esternitos 3 al 5 están bien esclerotizados y son visibles externamente; el esternito 1 está ausente, el 2 es con frecuencia sólo visible lateralmente y el 8 muchas veces está retraído en el segmento genital (9). Los esternito visibles externamente se denominan ventritos; así, el ventrito 1 correspone al esternito 2 o al 3, según los grupos. El número de ventritos es usualmente de 5 (esternitos 3 al 7); es de 6 cuando el esternito 2 es visible o el 8 no está invaginado en el áipce del abdomen, pudiendo existir 7 ventritos si estas dos condiciones de dan a la vez.
Genitalia. El aparato copulador masculino se denomina edeago (aedeagus). Consta de tres partes: el tegmen, a su vez compuesto de falobase o pieza basal y un par de parámeros (lóbulos laterales); el pene o lóbulo medio, normalmente envuelto en el tegmen; y el saco interno (endophallus), primariamente membranosos pero que puede estar armado de espículas y, a veces de un flagelo (flagellum) largo y esclerotizado. El edeago está envuelto por el segmento genital (9º segmento abdominal) que desarrolla en algunos grupos un largo y estrecho esclerito denominado spiculum gastrale.

REPRODUCCION Y DESARROLLO:

Apareamiento
Los coleópteros se reproducen casi siempre de manera sexual; la partenogénesis es excepcional. Las hembras liberan feromona o emiten sonidos para atraer los machos. Después de un breve cortejo, en general no muy sofisticado, se produce el apareamiento en que el macho se sube sobre el dorso de la hembra. Después, la hembra busca un substrato adecuado para depositar los huevos y lo prepara para que las futuras larvas encuentren las mejores condiciones para su desarrollo.
Las larvas de los coleópteros utilizan virtualmente cualquier substrato como alimento; son muy frecuentes las larvas fitófagas que se desarrollan y se alimentan encima o dentro de productos vegetales (hojas, raíces, madera, etc.); un caso notable es el de algunos coleópteros coprófagos, en que el adulto hace una pelota de excrementos, excava un nido subterráneo y deposita los huevos; los coleópteros necrófagos de la familia Silphidae buscan cadáveres de pequeños animales, los entierran y hacen la puesta. Hay larvas depredadoras muy activas, como las de los carábidos. Son numerosos los casos de vigilancia y cuidado de las larvas.
Los coleópteros presentan una metamorfosis completa (holometabolía), con estadios de larva, pupa e imago (adulto). Las larvas pasan por diferentes estadios (entre uno y quince) separados por mudas; en general, las larvas de cada estadio son parecidas, pero en algunos coleópteros parásitos, como los Meloidae, aparecen estadios larvarios con características muy diferentes, fenómeno conocido como hipermetamorfosis. Todas las larvas de coleópteros tienen en común la presencia de una cápsula cefálica bien diferenciada y provista de piezas bucales de tipos masticador. En cambio, el aspecto general es muy diverso en los diferentes grupos.
Las larvas del último estadio buscan un lugar apropiado para pupar. Las pupas son muy poco móviles o totalmente inmóviles; algunas especies construyen capullos de materiales diversos y/o celdas en el mismo substrato donde ha crecido la larva (por ejemplo, dentro de madera). Después de la metamorfosis emerge el imago (adulto) que sólo tendrá que endurecer la cutícula y buscar pareja.
MARIQUITA:

Los coccinélidos (Coccinellidae) son una familia de insectos, dentro del orden Coleoptera, conocidos popularmente como mariquitas, chinitas, catarinas, sarantontones, o vaquitas de San Antonio o de San Antón. El nombre "mariquita" tiene posiblemente relación con la Virgen María.
Las mariquitas se encuentran por todo el mundo, con más de 4.500 especies descritas. Son insectos pequeños, con un tamaño que va de 1 a 10 milímetros. Suelen ser de vivos colores, con manchas negras sobre un fondo naranja, amarillo o rojo, que no es un caparazón sino gruesas alas transformadas, llamadas élitros, que protegen las alas funcionales para el vuelo, el segundo par. Su cabeza, antenas y patas son negros. Su forma es oval, con extremidades cortas. Dado que son útiles, coloridos e inofensivos para los humanos, son insectos vistos tradicionalmente con simpatía e incluso se les considera en algunos lugares signo de buena suerte, y que matarlas es un presagio de mala suerte.

BIOLOGIA:

Dos mariquitas Harmonia axyridis durante el acto sexual.
Los vivos colores de las mariquitas sirven para mantener alejados a los predadores, que suelen asociar los colores brillantes (especialmente el naranja y negro o el amarillo y negro) con el veneno. Esto se denomina aposematismo o coloración aposemática. De hecho, algunas mariquitas son realmente tóxicas para predadores de pequeño tamaño, como lagartos o pájaros pequeños, aunque un humano podría comer varios cientos de mariquitas sin notar ningún efecto[cita requerida].
Los huevos son de color amarillo, puestos en grupos sobre las hojas. Después de una semana, de los huevos salen las larvas que tienen seis patas, y gran movilidad. Suelen ser de color negro con minúsculas manchas blancas y anaranjadas, aunque hay una gran variedad según la especie.
Estas larvas mudan tres veces antes de convertirse en pupas que se adhieren a las hojas, tallos o rocas, y son de un color anaranjado y negro. De éstas emerge un adulto de color amarillo sin tener aún definidos los colores del adulto; éstos aparecen en unas pocas horas.
Su depredador natural son los pájaros, pero su desagradable sabor las preserva de ser ingeridas.
Por otra parte, las mariquitas son muy apreciadas ya que son depredadoras naturales de los áfidos (pulgones), cocos, pulgas, ácaros y cochinillas que son plagas para la agricultura.[1] Una mariquita adulta se estima que puede consumir más de mil de estos animales durante el verano y si tenemos en cuenta que una hembra puede tener más de un millón de crías nos daremos cuenta de porque son considerados como insecticidas naturales.[2] En muchos lugares del mundo se utilizan para lo que se conoce como control biológico de las plagas; es decir, eliminar los animales perjudiciales para la agricultura utilizando sus enemigos naturales, en lugar de utilizar productos químicos.
SALTAMONTES.

Los caelíferos o celíferos (Caelifera) son un suborden de insectos herbívoros del orden Orthoptera, comúnmente conocidos como saltamontes o langostas. Se diferencian del otro suborden de ortópteros (Ensifera) porque las antenas son cortas y tienen casi siempre menos de 30 artejos.
Este suborden incluye muchas familia de saltamontes, como se puede ver en la tabla de la derecha. Los saltamontes pueden saltar grandes distancias con sus potentes patas traseras, y en algunas ocasiones también son capaces de migrar. Esta circunstancia se da cuando se concentran demasiados individuos en una misma zona. Ante la escasez de alimento, su organismo libera una serie de hormonas que fomentan la movilidad alar para que los individuos puedan desplazarse volando a otros lugares y evitar así la competencia intraespecífica por el alimento. Algunas especies, como Locusta migratoria y Schistocerca gregaria, se desplazan en grandes enjambres diezmando las cosechas.
Algunas especies producen ruidos audibles, usualmente frotando los fémures contra las alas o el abdomen o con el golpeteo de las alas en el vuelo. Si cuentan con órgano de audición, este se encuentra los costados del primer segmento abdominal. Las patas traseras son típicamente largas y fuertes, apropiadas para saltar. Generalmente cuentan con alas pero solo las traseras son membranosas y les permiten volar, mientras que las delanteras son coriáceas y no son útiles en el vuelo. Las hembras son de mayor tamaño que los machos.
Los ortópteros cuyas antenas son tan largas o más que su propio cuerpo son en realidad grillos de matorral o saltamontes de antenas largas y pertenecen al suborden Ensifera, de los que se diferencian también por la estructura del ovipositor, así como la localización del órgano auditivo y la forma en que producen los sonidos característicos. En términos evolutivos existe una división entre ambos subórdenes que data del límite Permo-Triásico.[1]
Los huevos se colocan generalmente en una sustancia espumosa que los protege durante la incubación. Típicamente el número de huevos que pone una hembra ronda entre los 400 y 500.
MIMETISMO:

El mimetismo (del gr. μιμητός, imitable) es un fenómeno que consiste en que un ser vivo utiliza esta habilidad para asemejarse a otros seres de su entorno, con los que no guarda relación, para obtener alguna ventaja funcional.
El objeto del mimetismo es engañar a los sentidos de los otros animales que conviven en el mismo hábitat, induciendo en ellos una determinada conducta. Los casos más conocidos afectan a la percepción visual, pero también hay ejemplos de mimetismo auditivo, olfativo o táctil.
Probablemente el ejemplo más popular es el del camaleón, cuyos colores de la piel cambian según el entorno donde se desplace. Aunque algunos científicos consideran que no es un verdadero mimetismo sino una coloración críptica

MIMETISMO Y CRIPSIS:

El objeto del mimetismo puede ser la cripsis (camuflaje) pero, aunque muchos de los mejores ejemplos lo son a la vez de ambos fenómenos, no deben confundirse ambos conceptos. La diferencia radica en el mimetismo consiste en que un ser vivo se asemeja a otros de su entorno y la cripsis en que el ser vivo se asemeja al propio entorno donde vive para asegurar su supervivencia.
Muchos ortópteros (orden Orthoptera) y algunos fásmidos (orden Phasmatodea) tropicales parecen hojas, lo mismo que algunas mariposas; el aspecto típico de los Phasmatodea (insectos palo) es el de una ramita o paja. Las orugas de las mariposas de la familia geométridos se posan con el cuerpo rígido adoptando el aspecto de una pequeña rama o pecíolo foliar seco.

MIMETISMO Y APOSEMATISMO:

En muchas ocasiones coinciden mimetismo y aposematismo. Es el caso de animales inofensivos que imitan a otros peligrosos, como algunas orugas que presentan ocelos espectaculares, manchas pares concéntricas que imitan a un par de ojos abiertos.
Henry Walter Bates observó que en ocasiones una especie inofensiva se asemejaba a otra peligrosa o repugnante y que con esto conseguía eludir la acción de los depredadores. Se llama mimetismo batesiano a este fenómeno. Es el que observamos, por ejemplo, en el caso de las moscas (de las familias Syrphidae y Bombilidae) cuyo aspecto emula el de abejas y avispas. En el grupo de los vertebrados existe un grupo de serpientes de coral, muy venenosas, imitadas en la composición de sus colores por una falsa coral totalmente inofensiva.
Fritz Müller por su parte hizo notar que los animales miméticos a menudo coinciden en la propiedad que los defiende frente a los depredadores, por ejemplo el mal sabor. La razón es que de esta manera comparten los costes de “educar” al depredador; puesto que éste no elude de manera innata a estas presas. Al ser semejantes, el depredador sólo debe probar una para aprender a rechazarlas a todas. Se llama mimetismo mülleriano a este fenómeno, y círculo mulleriano al conjunto de especies que comparten los mismos signos de reconocimiento.

Ophrys speculum es una de las muchas especies mediterráneas de este género que imitan el aspecto de una abeja a los ojos de un macho. La mancha azul evoca el reflejo del cielo sobre las alas paralelas

MIMETISMO Y REPRODUCCION:

En algunos casos aposematismo y mimetismo se combinan en plantas para atraer a agentes polinizadores, vectores del polen.
Los ejemplos más notables se dan en orquídeas donde el señuelo puede ser visual, olfativo o alguna combinación de ambos. La orquídea engaña al insecto, generalmente un himenóptero macho, adoptando el aspecto de una hembra y, en muchos casos, emitiendo sustancias olorosas que se asemejan a las feromonas en que se basa la aproximación sexual de esos insectos.

Lechuza vizcachera o pequén, cuyos pollos ocultos en el suelo imitan el sonido de la serpiente de cascabel

MIMETISMO NO VISUAL:

Siendo los seres humanos, y los primates en general, animales dependientes del sentido de la vista, los casos de mimetismo en otros campos sensoriales nos pasan fácilmente desapercibidos, sin ser por ello menos importantes. Un caso notable de mimetismo auditivo lo ofrece la lechuza terrestre o vizcachera (Athene cunicularia), que anida en cavidades del suelo, donde los pollos responden a la aproximación de potenciales enemigos emitiendo un sonido como el del cascabel de una serpiente. En cuanto a los sentidos químicos es conocido el caso de muchas orquídeas (V. imagen de Ophrys) que vierten al aire sustancias miméticas de las feromonas de ciertas avispas o abejas, engañando a los machos, que creen así acercarse a una hembra de su especie.
LAS ARAÑAS:

Las arañas (orden Araneae) son el orden más numeroso de la clase Arachnida, diversamente emparentadas con otros grupos de Artrópodos, como los insectos, con los que no deben confundirse. El grupo está abundantemente representado en todos los continentes, excepto en la Antártida. Todas son depredadoras de pequeños animales, generalmente solitarias. Producen seda llamada tela de araña o telaraña, que usan para tejer redes de caza, tapizar refugios e incluso hacerse llevar por el viento. Hasta la fecha se han descrito unas 38.000 especies,[1] de las que sólo una docena son realmente peligrosas para los seres humanos. La especialidad que se ocupa de las arañas y el resto de los arácnidos se llama Aracnología. Hay personas que sufren de aracnofobia, miedo a las arañas.

CARACTERISTICAS:

Anatomía externa de una araña. c, prosoma (cefalotórax). a, opistosoma (abdomen). q, quelícero. p, pedipalpo. l1 a l4, patas locomotoras. h, hileras.
La anatomía de las arañas coincide a grandes rasgos con la de otros arácnidos, es decir, con el cuerpo dividido en dos regiones o tagmas, prosoma (o cefalotórax) y opistosoma (o abdomen) y el mismo número y tipo de apéndices, es decir, un par de quelíceros, un par de pedipalpos y cuatro pares de patas locomotoras.

DIMENSIONES:

Las arañas tienen longitudes corporales que oscilan entre los 0,5 mm y los 9 cm que alcanzan algunos migalomorfos tropicales, los cuales llegan a capturar pequeños pájaros; con las patas extendidas alguno de éstos puede sobrepasar los 25 cm. Durante el Carbonífero superior y el Pérmico existieron arañas de más de 50 cm.[2]

PROSOMA:

Artejos de la pata de una araña: 1. Coxa. 2. Trocánter. 3. Fémur. 4. Patela. 5. Tibia. 6. Metatarso. 7. Tarso. 8. Pretarso (uñas).
Los seis pares de apéndices mencionados anteriormente se insertan en el prosoma, así como los ojos simples; en cara ventral se abre la boca.
Los quelíceros presentan una sola articulación, entre la base, muy abultada, y una generalmente pequeña uña distal (en el extremo) y habitualmente portan glándulas venenosas. La uña suele quedar más o menos protegida cuando no se usa dentro de un surco del artejo basal.
Los pedipalpos son semejantes a las patas, pero no se apoyan en el suelo, sino que los llevan levantados por delante del cuerpo. Los machos de muchas especies emplean los pedipalpos para cortejar a las hembras, en cuyo caso pueden ser grandes o vistosos, y también como aparato copulador, que introduce una bolsa de esperma, el espermatóforo, en el cuerpo de la hembra.
Las patas locomotoras se insertan por debajo del prosoma , y están constituidas por siete piezas o artejos, que son, desde el extremo proximal (base) hacia el distal (extremo): coxa, trocánter, fémur, patela o rodilla, tibia, metatarso y tarso.

OPISTOSOMA:

El opistosoma alberga en su extremo posterior glándulas sericígenas (productoras de seda) que se abren al exterior por unos pequeños mamelones llamados hileras. En la parte inferior y anterior del opistosoma (o abdomen) se abren el epigino (poro genital), los pulmones en libro, cavidades respiratorias con pliegues internos laminares que, según los casos, son dos o cuatro, y/o los estigmas del sistema traqueal.

ANATOMIA INTERNA:

Mygalomorphae.
Las arañas son animales depredadores que paralizan a sus presas con el veneno de sus quelíceros. La mayoría de las arañas inyectan enzimas digestivas en la presa, realizando una digestión externa, al menos parcial. Muchas mastican a la presa parcialmente con dientes que forman parte del artejo basal de los quelíceros. Ahí se localizan también comúnmente pelos que permiten en muchos casos filtrar eficazmente el alimento, separando las partículas sólidas del líquido.
Al principio del tubo digestivo se sitúa una faringe o estómago de función suctora. Desde la mitad del prosoma y hasta el final del opistosoma se extiende el intestino medio, dotado generalmente de divertículos, que en algunos casos se extienden incluso a las patas. La digestión química se realiza sólo parcialmente en la luz del intestino, siendo fagocitadas partículas cuya digestión enzimática se completa de manera intracelular.
El aparato circulatorio es de tipo abierto, como en todos los artrópodos, con un corazón dorsal tubular situado en la parte dorsal anterior del opistosoma, en cuya superficie se marca su presencia por un surco cardíaco. Es posible en algunos casos percibir sus latidos, de 30 a 100 por minuto, más numerosos en las arañas más pequeñas. La hemolinfa es bombeada al corazón desde una cavidad pericárdica y proyectada fuera de él con energía. La elevada presión se ha interpretado como signo de una función hidráulica, que podría jugar un papel en el movimiento de las patas. La presión se duplica durante la muda. La hemolinfa, según es normal en los artrópodos, carece de células pigmentarias, pero no de pigmentos transportadores, que son en este caso hemocianinas, de color azulado. La extensión de los vasos es limitada, y afecta, como es normal en sistemas abiertos, sobre todo a los órganos respiratorios.
La respiración se realiza por órganos internalizados, normal en animales de vida aérea, que en este caso son pulmones en libro o filotráqueas (a veces llamados tráqueas en libro), uno o dos pares que se abren en la parte mediana y ventral del opistosoma anterior. Tienen una estructura plegada, lo que multiplica la superficie de intercambio, y a través de ellos la hemolinfa circula canalizada por vasos. Muchas arañas tienen también un sistema traqueal que no es homólogo al de los insectos.
La excreción se realiza por glándulas coxales no muy desarrolladas y por tubos que desembocan en el intestino análogos a los tubos de Malpighi de los insectos.

EQUIPAMIENTO SENSORIAL:

Cefalotórax de un licósido, vista frontal que muestra la disposición de los ojos característica de la familia y los dos quelíceros, cada uno con su uña venenosa.
Como el resto de los quelicerados, carecen de antenas, y usan los pedipalpos como órganos táctiles y olfativos. La vista de las arañas es generalmente muy pobre, a pesar de tener hasta cuatro pares de ojos simples denominados ocelos, que en algunas familias se reducen a tres pares o menos. La colocación, tamaño y color de los ojos son caracteres diagnósticos de las familias, es decir, permiten distinguir unas de otras. En unos pocos casos la visión es eficaz, y en los saltícidos (Salticidae) es la mejor de todos los invertebrados terrestres.

SEDA:

No se conocen especies de araña que no produzcan seda, material compuesto de proteínas complejas, que utilizan para muy variadas funciones: cazar presas y envolverlas en ella; como adhesivo de otros materiales de construcción de túneles, trampillas, etc; como áreas de locomoción, así como otras muchas utilidades. Ciertas especies de arañas crean un largo hilo que les sirve de vela para ser arrastradas por el viento. Este fenómeno se conoce como aerodispersión. En el extremo posterior del abdomen se encuentran las glándulas secretoras de seda denominadas hileras, que producen un fluido que se solidifica al contacto con el aire (el fluido es una disolución concentrada de proteínas, cuya estructura se transforma justo antes de salir, convirtiéndose en una forma insoluble que rápidamente se deshidrata y constituye la fibra de seda).

ALIMENTACION:

Las arañas son depredadoras. Se alimentan de presas singulares que capturan activamente. Algunas producen una red (telaraña) en la que las presas caen por accidente, enredándose y pegándose en ella. En ese caso la araña, que permanece al acecho con las patas extendidas sobre la red, capta las vibraciones y se acerca a su presa. Otras arañas cazan al acecho, en el suelo o sobre la vegetación, detectando a sus presas por las vibraciones del sustrato o con sus ojos, como hacen los licósidos y los saltícidos. Las arañas no despedazan y tragan a sus presas, como hacen, por ejemplo, sus parientes los solífugos, sino que les inyectan veneno con sus quelíceros mientras las sujetan con sus patas y sus pedipalpos. Una vez paralizadas por el veneno les inyectan jugos digestivos, que producen una digestión externa del animal dentro de sus propios tegumentos, sorbiendo a continuación la papilla resultante. Por eso se observa a las arañas permanecer inmóviles durante largo rato mientras sujetan su presa inmóvil.

REPRODUCCION Y DESARROLLO:

Hembra de Argiope sp. devorando al macho.
Siendo cazadoras solitarias, tienden a considerar una presa cualquier cosa que se mueva y tenga el tamaño apropiado. Los machos, generalmente más pequeños que las hembras, buscan a éstas activamente, cortejándolas con “danzas” elaboradas en las que el movimiento rítmico de los pedipalpos puede jugar un importante papel, en un intento por no ser devorados por las hembras. El ritual puede incluir el obsequio por el macho a la hembra de una presa envuelta en seda, lo que en algunas especies ha evolucionado hasta ser sólo un señuelo, la bolsa de seda, desprovisto de contenido. Cuando consigue la aproximación, el macho introduce un espermatóforo en las vías sexuales de la hembra usando sus pedipalpos, que actúan como órganos copuladores. A pesar de la ritualización, es común que la hembra termine la relación devorando a su pareja.
Las arañas son artrópodos con desarrollo directo, es decir, pasan por ecdisis (mudas) sucesivas, pero no sufren metamorfosis y los juveniles se distinguen de los adultos esencialmente sólo por su menor tamaño y su falta de madurez sexual.

ECOLOGIA:

Como depredadoras, las arañas suelen ocupar una posición terminal en las cadenas tróficas. Desempeñan un papel importantísimo como depredadores: Son las mayores consumidores de insectos que hay en el planeta y contribuyen decisivamente en controlar su número.
Se encuentran en todos los climas, incluso los fríos, poco favorables para los animales poiquilotermos, y se cuentan entre los seres vivos registrados a mayores altitudes. Abundan por igual en ambientes secos y húmedos y algunas llevan una existencia acuática, como la eurasiática Argyroneta aquatica, que llena su nido subacuático con una burbuja de aire, o la australiana Megadolomedes australianus.

COMPORTAMIENTO:

Dolomedes fimbriatus junto a sus juveniles.
La investigación del comportamiento (Etología) de las arañas es un campo de gran riqueza. Aunque su capacidad de aprendizaje es modesta, según es regla en los artrópodos, hacen gala de una gran variedad y complejidad de comportamientos instintivos (heredados), sobre todo en lo referente al cortejo y apareamiento y al cuidado parental. Es notable también la precisión con que algunas fabrican su red de caza.
El cuidado parental, la atención activa a la progenie, se ha observado en distintas arañas. Los licósidos portan los huevos, encerrados o no en un capullo, y cuidan a los individuos juveniles hasta que estos alcanzan el desarrollo suficiente para capturar presas. Se conocen algunos casos de suicidio maternal, en los que las jóvenes arañas obtienen del cuerpo de su madre el primer alimento.
Algunas arañas, como el género cosmopolita Argyrodes (familia Theridiidae), son cleptoparásitas, que roban a otras arañas sus presas, manteniéndose al acecho en sus telas. El cleptoparasitismo se ha observado en media docena de familias.
Las especies del género Mycaria (familia Gnaphosidae) practican el mimetismo de las hormigas, no sólo por su aspecto, sino por sus actitudes, levantando las patas anteriores hasta la posición de unas antenas. Lo mismo hace Sunpunna picta, que imita los movimientos de una avispa.

Hadronyche modesta, araña de embudo australiana.
Todas las arañas, salvo las de la familia Uloboridae, son venenosas. En general son más venenosas las arañas que cazan activamente que las que capturan sus presas al acecho o por medio de una red. El producto que inyectan los quelíceros tiende a satisfacer dos propósitos: primero, la digestión externa de la presa, para que la araña absorba la papilla resultante; segundo, la inmovilización de las presas. Además, algunas arañas migalomorfas (tarántulas americanas) portan pelos urticantes, que producen irritación cuando se tocan y pueden dañar severamente áreas delicadas, como los ojos.
Como regla las arañas son demasiado pequeñas para atravesar la piel humana con sus quelíceros. De las que pueden hacerlo la mayoría producen efectos someros y locales, pero unas pocas especies pueden producir intoxicaciones sistémicas severas o necrosamiento (muerte del tejido) localizado pero extenso.
Las arañas más venenosas son las australianas de los géneros Atrax y Hadronyche, unas 35 especies localmente conocidas como arañas de embudo, por la forma de las entradas a las redes tubulares que fabrican. Los primates, incluidos los seres humanos, resultan ser excepcionalmente susceptibles al veneno de estas arañas, que en otros mamíferos producen efectos leves. Se trata de migalomorfos grandes que producen polipéptidos neurotóxicos. La incidencia del envenenamiento, que responde bien al antídoto, es pequeña y llegaron a registrarse 26 muertes en Australia antes de que se desarrollara el suero específico en 1981[cita requerida].
Hay dos grupos de arañas pequeñas cuyo veneno es menos potente, pero que por ser más comunes originan más casos de envenenamiento. Se trata de las viudas negras, del género Latrodectus, y de las “arañas pardas”, del género Loxosceles.
El latrodectismo es la intoxicación por viudas negras, especies del cosmopolita género Latrodectus (familia Theridiidae), cuyas especies más notables son Latrodectus mactans, en Norteamérica, L. tredecimguttatus, en el Mediterráneo, L. hasselti, en Australia y L. geometricus, en África meridional. Las arañas de este género se encuentran en rincones oscuros de todas las latitudes. Las hembras, más grandes que los machos y más venenosas, devoran a éstos durante el apareamiento. No son agresivas, sino que huyen, lo que hace la mordedura muy circunstancial. Existen antídotos eficaces contra esta mordedura. El principio activo del veneno que produce los efectos graves es un neurotóxico llamado α-latrotoxina. Los efectos locales aparecen al cabo de un rato en forma de dolor y se prolongan de 3 a 7 días, pero sólo en un tercio de los casos llega a haber efectos sistémicos (que afecten al conjunto del organismo) y las muertes son muy esporádicas.
El loxoscelismo es la intoxicación por “arañas pardas” de la familia loxosceles, de las que existen muchas especies. Estas arañas tejen redes desordenadas en rincones, también dentro de las casas. Son más activas durante la noche y nada agresivas, mordiendo sobre todo cuando se encuentran atrapadas entre las ropas de cama o los vestidos. El veneno de Loxosceles es proteolítico, y produce una necrosis local que puede extenderse y tarda en cicatrizar. Efectos sistémicos sólo se producen de manera muy excepcional y las muertes confirmadas son rarísimas. No existen antídotos eficaces. Efectos del mismo tipo, pero generalmente más suaves, se han observado en caso de mordedura por diversas arañas, como las arañas tigre del género Argiope, las tarántulas verdaderas del género Lycosa o las pequeñas arañas domésticas del género Tegenaria.
Otro género implicado en envenenamientos serios es Phoneutria, que incluye arañas sudamericanas de hábitos nocturnos, grandes y agresivas, que producen un veneno neurotóxico. Esta araña, llamada popularmente "araña del banano", suele permanecer en los tallos de las bananeras, con lo que pueden alcanzar otros países viajando como polizones en los plátanos que algunos barcos llevan como mercancía. Los síntomas son severos en muchos casos, pero la muerte es un resultado excepcional.

FORMAS PRIMITIVAS:

Los primeros arácnidos similares a arañas son los del orden Trigonotarbida, que se encuentran entre los primeros artrópodos que poblaron la tierra firme. Al igual que las arañas, los trigonotárbidos eran terrestres, respiraban mediante pulmones en libro y poseían ocho patas. Sin embargo no eran verdaderamente arañas, ni siquiera ancestros de ellas; representan una línea evolutiva separada tempranamente del resto de los Aracnidos, pero muy similar a las actuales arañas.

ARAÑAS VERDADERAS:

Las arañas propiamente dichas, son las que poseen un cintura estrecha que une el prosoma (o cefalotórax) y el opistosoma(o abdomen); evolucionaron hace aproximadamente 400 millones de años. Tenían segmentación abdominal y órganos que secretan seda, llamados hileras. El fósil más antiguo encontrado con una especie de estas características, data de 380 millones de años atrás, del periodo Devónico, y se conoce como Attercopus fimbriungus. Este espécimen es el taxón hermano a todas las arañas vivas ya que posee hileras y la misma unión de rótula-tibia en las patas.
La mayoría de los primeros fósiles de arañas pertenecen al suborden Mesothelae. Este es un grupo de arañas primitivas que poseen las hileras bajo la mitad del opistosoma, a diferencia del resto de las arañas que las poseen al final. Eran seguramente predadores terrestres, que habitaron a mediados del Paleozoico. Los hilos de seda estas arañas, se usaban seguramente solo para proteger los huevos y forrar las madrigueras.
A medida que la vida se fue diversificando, también lo hizo el uso del hilo de las arañas. Las arañas con las hileras al final del abdomen, Mygalomorphae y Araneomorphae, aparecieron hace más de 250 millones de años, posiblemente junto con el uso de las telas de araña para la captura de presas, tanto en tierra como en el follaje. El migalomorfo más antiguo, Rosamygale, fue descrito del Triásico de Francia y pertenece a la familia moderna Hexathelidae. Megarachne servinei, del periodo Pérmico-Carbonífero, se creyó por algún tiempo que era un migalomorfo gigante, con 34 cm de largo y 50 cm de envergadura de patas, haciéndola por tanto la araña más grande que haya poblado la Tierra; pero un estudio más detallado por parte de un experto reveló que se trataba de un escorpión marino (Eurypterida).[cita requerida]
Para el Jurásico, ya se habían desarrollado las sofisticadas redes aéreas de la familia Araneidae. Una tela de araña conservada en ámbar en perfecto estado, de hace 110 millones de años atrás, da cuenta de este tipo de telarañas. Información genética adicional sugiere, a través de un estudio del gen que provoca este comportamiento, que ya se encontraba este tipo de telas 136 millones de años atrás.
GRILLO:

Los gríllidos (Gryllidae) son una familia de insectos ortópteros de la superfamilia Grylloidea, dentro del suborden Ensifera. A esta familia pertenecen insectos conocidos vulgarmente como grillos. Son, por lo general, insectos de color marrón oscuro a negro, con hábitos nocturnos. Algunas especies se encuentran en las casas, los grillos domésticos, por ejemplo Acheta domesticus y Gryllus bimaculatus en zonas templadas y Gryllodes supplicans o Gryllodes sigillatus en zonas tropicales.

CARACTERISTICAS:

Los grillos están emparentados con las langostas (saltamontes). Sus patas están adaptadas al salto, sin embargo saltan menos que los saltamontes, lo que los hace más torpes. A cambio, corren por el suelo con rapidez. Excavan una madriguera en el suelo, que consiste en una galería de más de medio metro, y que termina en una habitación esférica. La entrada a su madriguera la mantienen limpia en una gran extensión, ya que la utilizan para zona de "canto" y así atraer a las hembras (sólo los machos cantan). Para producir el sonido tan peculiar de estos insectos, levantan ligeramente sus alas y las frotan una contra la otra. Las hembras son capaces de captar este sonido gracias a que, como la mayoría de los ortópteros, poseen órganos timpánicos. Su régimen alimenticio es omnívoro: comen tanto hojas y tallos como insectos.
Sólo los grillos machos emiten el famoso canto frotando sus patas (que han perdido su función de vuelo); las hembras se diferencian de éstos, en el caso del grillo común (Acheta domesticus) porque son de color más oscuro, sus alas son lisas y poseen un apéndice (el ovipositor) en el extremo del abdomen que le permite poner sus huevos bajo tierra introduciéndolo éste mientras efectúa la puesta.

COMPORTAMIENTO:

El grillo es un insecto territorial muy agresivo contra sus congéneres con los cuales entabla combates, siendo frecuente encontrar ejemplares (sobre todo machos) a los que les falta una o varias patas o con las alas destrozadas por las mandíbulas de un rival. Esta costumbre territorial los ha hecho famosos en Tailandia donde los habitantes locales suelen realizar combates de grillos en pequeños recipientes e incluso realizan apuestas.opicales
FILOXERA:

La filoxera (Dactylosphaera vitifoliae) es un insecto, parásito de la vid, del orden de los hemípteros clasificado correctamente como Phylloxeridae por primera vez por Jules Émile Planchon en 1868 que lo denominó Phylloxera vastratix, nombre que aun se puede encontrar en la actualidad.
Fue nombrado con anterioridad como Peritymbia vitisana en 1854 por Asa Fitch en Estados Unidos al describir las formas ápteras de las agallas de las hojas. Henri Schimer lo separa del género Peritymbia al descubrir la forma alada dándole el nombre Dactylosphaera vitifoliae.
En Europa, en 1868, es nombrado provisionalmente Rhizaphis vastatrix por Planchon para describir las formas residentes en las raíces y posteriormente Phylloxera vitifoli cuando se establece la relación entre las formas radicícolas y las galliformes y se decide que pertenece a la misma familia que la filoxera de la encina. En 1869 se vuelve a la denominación Dactylosphaera vitifoliae al descubrir que todas estas formas tanto americanas como europeas pertenecen a la misma especie.
También se da el nombre de filoxera a la enfermedad de la vid que provoca el insecto. A esta enfermedad se la conoce también por enfermedad de Pierce que es en realidad la vertiente bacteriana de la infección.

DESCRIPCION:

La filoxera es un minúsculo insecto picador, parásito de la vid, emparentado con los pulgones y de un polimorfismo muy marcado :
las formas paternogenéticas (hembras que se reproducen sin intervención del macho dando nuevas hembras) son ápteras, de color variable entre el amarillo y el ocre y de un tamaño variable entre 0,3 y 1,4 mm. Se encuentran de dos formas :
gallicolas que viven sobre las hojas;
radicícolas que viven sobre las raíces;
las formas sexuales, sin piezas bucales y que no se alimentan :
las hembras aladas de dos a tres milímetros :
los machos ápteros de 0,3 a 0,5 mm.

CICLO BIOLOGICO:

Los machos y las hembras copulan al final del verano. La hembra pone sobre el tronco un huevo único llamado huevo de invierno. Este huevo es de color amarillo y va volviéndose verde durante el invierno. La eclosión se produce en primavera dando una hembra aptera partenogenética que según su desplazamiento será radicícola o gallicola. La forma radicícola es amarilla y aspira la savia de las raíces.
La primera hembra tiene tres mudas en unos veinte días antes de ser adulta momento en el que pone de cuarenta a cien huevos que darán a su vez otras hembras partenogenéticas. El ciclo se produce durante cinco o seis generaciones de veinte días. El ciclo se complica debido a las migraciones de más en más frecuentes de parte de las hembras partenogenéticas de las hojas a las raíces dando lugar a generaciones neogallicolas-gallicolas o neogallícolas-radicícolas.
En Europa la forma radicícola es la única viable; la forma sexual aparece raramente y su descendencia nunca sobrevive, las formas gallícolas no llegan a reproducirse.
Durante el verano, en Estados Unidos, la última generación de hembras tiene una muda suplementaria y se transforman en ninfas que producirán los ejemplares alados. Estas hembras aladas ponen sobre las hojas de la vid los huevos que darán los ejemplares sexuales. Éstos sólo viven unos días, el tiempo justo de copular y poner el huevo de invierno con el que el ciclo se cierra.

IMPORTANCIA ECONOMICA:

La filoxera es originaria del este de los Estados Unidos y provocó una grave crisis vitícola en 1863. Se necesitaron más de 30 años para superar la plaga gracias a portainjertos de origen americano que eran naturalmente resistentes a la filoxera. Desde que se utiliza este sistema la filoxera se ha convertido en un problema menor. Actualmente todos los viñedos del mundo excepto los chilenos y los plantados en suelos arenosos son injertos de este tipo.
Existe además una filoxera del peral, endémica de Portugal que apareció en Francia por primera vez en 1945.
La contaminación de un pie de vid europeo por la filoxera produce su muerte en tres años. Son las generaciones radicícolas que forman nudosidades en las raíces que pueden ser infectadas o provocar la formación de tumores denominados tuberosidades que acaban matando a la planta. Las generaciones gallícolas producen agallas que no son mortales para la planta y que provocan una desclorificación de la hoja.
En las vides americanas son las generaciones gallícolas las más peligrosas ya que las raíces no sufren daño alguno por las picaduras de la filoxera.
La única cepa europea nativamente resistente a filoxera es la uva Assyrtiko que crece en la isla volcánica de Santorini, Grecia, sin saberse a ciencia cierta si su resistencia es debida al sistema radicular per se o a las cenizas volcánicas donde crece.
Desde 1979 una manera de escapar a la filoxera, es producir los viñedos en las playas arenosas de Provenza: Bouches-du-Rhône, extendiéndose de la costa Gard a la ciudad marítima de Saintes Maries de la Mer. La arena, el sol y el viento de esas áreas impiden la contaminación por la filoxera. El vino producido allí es conocido como "Vins des Sables" o "vino de las arenas".[1]